Taquen

Joven artista plástico y dibujante, dedicado en especial a la pintura mural desde hace más de 8 años. Nacido en A Coruña en 1992 pero Madrileño de adopción. Graduado en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid. Gran parte de su obra gira en torno a lo natural y orgánico, en la dialéctica entre estos elementos y el paisaje, es ahí donde cobra sentido.

Comenzó como muchos a pintar graffiti cuando apenas tenía 13 años y no ha abandonado el gran formato desde entonces, añadiendo nuevas herramientas y extendiendo su obra por territorio nacional e internacional hasta lugares como Katmandú, en Nepal, donde además participa de un proyecto social y educativo a través del arte desde 2015.

Aunque la mayor parte de sus intervenciones son retratos, actualmente está trabajando en un proyecto nuevo donde el movimiento migratorio es el eje. Aves o mamíferos en movimiento son los protagonistas de sus obras y, de forma metafórica, los utiliza para hablar a cerca del viaje; de un viaje en busca de un futuro mejor y de la supervivencia, de un viaje sin retorno y de una investigación y conocimiento a lo largo del mismo.

https://www.taquen.es/

Su intervención en Parees

La propuesta de temática para el proyecto mural gira en torno a: La fauna asturiana amenazada de peligro de extinción. Para ello se envió al artista un dossier informativo vía emeil sobre el tema. Taquen escogió trabajar en torno a la figura del lobo, calificado en el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de Asturias (PORNA) como “especie singular”.

El artista nos explica porque eligió esta temática:

Sobre compartir el espacio público y entenderlo: Desde hace ya unos años que parte de la población, en su mayoría ganadera, ha decidido tomarse la justicia por su mano y comenzar una cada indiscriminada de Lobo Ibérico, alegando que están perdiendo muchas de sus ovejas o vacas debido a los ataques que los lobos llevan a cabo en entornos naturales públicos donde ellos mismos sueltan a los animales en total libertad.

Esta vez me gustaría reflexionar acerca de este problema, como algo común, algo que nos atañe a todos. Tratar de hacer desaparecer una especie por el mero beneficio individual es un acto de egoísmo y desconocimiento, de algo así como jugar a ser Dios.

Muchas veces nos tapamos los ojos ante problemas como este, sobre todo si vivimos en entornos urbanos donde la naturaleza apenas tiene hueco para abrirse paso y donde únicamente compartimos espacio con alguna paloma indeseada y unos pocos gorriones (todos sabemos de dónde procede el perro).

Mi intención no es otra que una especie de “homenaje” o de llamada de atención sobre lo sucedido con este animal, como sucede con muchos otros. Dar algo más de visibilidad a un problema común y si puedo, poner mi granito de arena.

El beneficio común y bienestar social parte del respeto por los ecosistemas y los espacios que compartimos, y todavía no es demasiado tarde.

Por otro lado: He tenido la suerte de conocer el campo, el monte, los espacios rurales y haber llegado a entender que es gracias a un equilibrio entre el ser humano y el resto de especies, lo que nos permite seguir existiendo ¿Quién en su sano juicio acabaría con este equilibrio por un beneficio individual y cortoplacista?

Me gustaría añadir que no es un acto reivindicativo o de postura activista. Es más bien un impulso, una reflexión.